jueves, 7 de abril de 2016

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Uno de los primeros libros que me engulló y que, por consiguiente, engullí luego yo fue La isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson. Como ya sabéis, hace poco leí Las ciudades y los escritores de Fernando Savater y uno de sus capítulos iba dedicado precisamente al escocés y en él, Fernando engrandecía por encima de todas sus obras El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por lo que automáticamente entró en mi lista de libros pendientes.

Y me lo compré en una edición de bolsillo, bolsillo de verdad, pues no creo que ni a los cinco centímetros de longitud llegue y su grosor es escaso. En 106 páginas de historia, el lector concluye en una hipótesis primordial: la idea del Dr. Jekyll no es tan descabellada, pues en todo el mundo, y más hoy en día, hay una dualidad moral grande.
Ya Fernando Savater definió a Stevenson como el narrador de narradores, como un hombre nacido para contar historias con una maestría indudable. Tras leer el libro descubrí que su hipótesis estaba en lo cierto, pues de La isla del Tesoro apenas me acordaba ya.
Quizás lo primero que me sorprendió es que el Dr. Jekyll es el protagonista de una obra que no cuenta él ni un ser omnisciente, sino un narrador testigo, que participa incluso en la acción, pero que apenas importa en la historia. Realmente el contenido de esta novela está en el capítulo final, en el que el doctor confiesa todo lo que le llevó a realizar aquel experimento y los problemas que le trajo todo.
Quizás no sea una novela de las catalogadas alta literatura porque no incluye una profunda reflexión filosófica, ni su vocabulario es artístico, pero si en habiendo sido publicada por primera vez en 1886 ha llegado viva y aún con lectores dispuestos a tener un ejemplar, es sin duda porque es una historia digna de considerar histórica.

Personalmente, recomiendo El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson, a las personas que gustan de la literatura de aventuras, policíaca incluso, y que quieren dar un paso más en su enriquecimiento como lectores. Corta, fácil de leer y con giros que harán que os la queráis leer de una sentada. Y se puede, os lo digo yo. 



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