Durante
las pasadas navidades, paseando por una gran librería de Callao, en
Madrid, a la búsqueda de un último regalo pendiente, me topé de
bruces con un libro cuyo título me impactó al instante: Cosas
que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett. Lo cogí
y empecé a investigar si el potencial que el título prometía se
confirmaba; entonces leí la contraportada:
«A veces, la
belleza me supera y no sé cómo afrontarla. ¿Conoces la sensación?
¿Cuando algo es demasiado hermoso? ¿Cuando alguien dice algo o
escribe algo o toca algo que te conmueve hasta las lágrimas, o que
llega incluso a cambiarte?»