Durante
las pasadas navidades, paseando por una gran librería de Callao, en
Madrid, a la búsqueda de un último regalo pendiente, me topé de
bruces con un libro cuyo título me impactó al instante: Cosas
que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett. Lo cogí
y empecé a investigar si el potencial que el título prometía se
confirmaba; entonces leí la contraportada:
«A veces, la
belleza me supera y no sé cómo afrontarla. ¿Conoces la sensación?
¿Cuando algo es demasiado hermoso? ¿Cuando alguien dice algo o
escribe algo o toca algo que te conmueve hasta las lágrimas, o que
llega incluso a cambiarte?»
Sí,
me dije, y automáticamente guardé el título entre mis prioridades
para futuras lecturas/compras. He de decir que la edición de Blackie
Bolsillo es una maravilla y desde un primer momento sentí que aquel
libro tenía que leerlo tal y como lo había descubierto: salvaje. Al
final, compré otro para mi propósito porque ya tenía la idea
preconcebida de cuál iba a ser, pero eso es otra historia.
Hace
un par de días terminé Cosas que los nietos deberían saber,
de Mark Oliver Everett, y puedo confirmar, sin duda, que todo lo que
sentí la primera vez que me encontré con él en aquella librería
no fue sino el mejor presagio posible. Qué delicia de libro. Me
extrañó que nada más decir a mis amigos -no lectores- que me
estaba leyendo el libro, varios de ellos me lo pidieran prestado al
acabarlo, y eso que yo tan solo lo había comenzado a leer. Luego lo
entendí todo.
Para
quienes no lo conozcáis -yo de hecho lo conocí cuando empecé el
libro-, Mark Oliver Everett es un excéntrico músico al que la vida
le ha dado muchos quebraderos de cabeza. Demasiados se podría decir.
Este libro trata precisamente de eso, desde su adolescencia hasta que
con el grupo Eels, mundialmente conocido -de aquí que tantos de mis
amigos conocieran el libro, pese a que a mí solo me sonaban
realmente un par de canciones; ahora lo adoro-, grabaron y editaron
el disco Blinking Lights and Other Revelations, el que sería
sexto disco del grupo, aunque antes ya había grabado él mismo un
par de ellos.
Aviones
que se estrellan -muchos, de hecho-, drogas, novias, muertes
inesperadas. Una vida llena de imprevistos y sinsabores. Un gran modo
de hacernos ver que, al final, toda situación puede llegar a ser
incluso peor y que por mucho que creamos que vivimos en un infierno,
ni hemos rozado con los dedos el purgatorio. Además de todas estas
vicisitudes, Mark Oliver Everett nos introduce en lo que realmente lo
ha hecho llegar a ser quien es, su música: en prácticamente todos
los capítulos nos cuenta su método de trabajo, su forma de crear e
incluso transcribe fragmentos de sus canciones. La evolución de su
música con su historia de vida es algo fundamental en este libro y
las letras de sus canciones son, la mayoría, alta poesía.
![]() |
Así empieza el capítulo 14 de Cosas que los nietos deberían saber. |
Con
un estilo directo, sucio, a veces incluso intimidante, Mr. E consigue
introducirnos en el decadente mundo que le ha tocado vivir e
insuflarnos de su filosofía de vida. Pero no creáis que todo es un
drama detrás de otro, pues el protagonista, narrador y autor es, a
la vez, un cachondo mental y combina a la perfección lo sombría de
su historia con un humor negro como el carbón pero que nos
reconforta. Como bien nos dice: todo lo malo, todas las desgracias
que nos tocan vivir, al final, merecen la pena. Y es que,
personalmente, me he sentido muy dentro de la historia, casi
mimetizado con el protagonista, sufriendo todo lo que él ha sufrido
y, a la vez, recordando todo lo que a mí mismo me ha traído a este
lugar. Y quizás sea precisamente eso lo que el autor pretende con
esta novela: que nuestros males pasados se junten con los suyos en un
concierto de rock y que, al final, nosotros salgamos en volandas de
allí.
Si
El guardián entre el centeno es tu libro de cabecera, no dudes ni un
instante en leer Cosas que los nietos deberían saber, si te
gusta el buen rock americano, Cosas que los nietos deberían
saber; si te gusta la gente que se ríe de sus propios problemas,
Cosas que los nietos deberían saber, si crees que tu vida no
puede ser peor, Cosas que los nietos deberían saber y, sobre
todo, si de verdad disfrutas leyendo, Cosas que los nietos
deberían saber.
Muchas gracias por la recomendación, desde abogados agradecemos que nos hayas dejado la recomendación, pinta muy muy bien.
ResponderEliminarDesde luego, los escritores que consiguen trasmitir una filosofía de la vida con gracia, son los mejores.
Un Saludo