Una cuchara que gira,
que torna,
ruidosamente en un
vaso.
Alguien que sorbe,
nervioso,
una interminable taza
de té.
Frutos secos que crujen
al chocar
contra una dentadura
sana.
Las risas y alboroto
que unas chicas,
jóvenes, livianas,
producen cerca.
El silencio.
Alguien que se lava los
dientes.
Una mosca atrapada tras
una ventana.
Los vecinos de arriba.
La respiración de un
fumador.
Los ronquidos de mi
padre.
El llanto.
La tranquilidad de las
manecillas,
que los días
interminables,
a mi reloj
caracterizan.
La energía de un niño,
que aún no sabe estar
cansado.
Las parejas que a su
pasión,
liberan en cualquier
esquina.
Las conglomeraciones
sociales.
La música de mi hermana
quinceañera.
Verte y no poder evitar
sonreír,
aunque odiarte quiera.
El agridulce sabor de
una discusión,
contigo,
y el ansia por la
reconciliación.
No poder vivir sin
verte,
y lo difícil que es
hacerlo.
Pequeños momentos que
desagradan
pero que a la vez nos
vician.
Manías,
como que todas ellas
desaparezcan,
cuando estoy contigo.
Y tú, la mayor de todas
ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario