Llevaba
mucho, muchísimo tiempo hincarle el diente a Patria, de
Fernando Aramburu, pero hasta hace relativamente poco no pude. Hace
un año alguien me dijo que alguien se lo había recomendado, que
hablaba de ETA y que creía que era un libro que me iba a gustar
mucho. Lo apunté en mi lista de pendientes. Al final conseguí la
versión epub, porque desde que vivo en Sofía no considero práctico
cargar con kilos de libros cada vez que viajo a casa, y lo preparé,
pero ante la extensión que le sabía, lo fui postergando hasta hace
relativamente poco tiempo, ¿un mes, quizás?
Es
verdad que he tardado en leerlo y es que mis hábitos de lectura
están un poco oxidados, teniendo en cuenta que cada día paso 8
horas y media leyendo mensajes y teniendo en cuenta que últimamente
me había acostumbrado a novelas cortas, de dos horas de extensión,
y que casen con mis próximos proyectos.
Patria
ha ganado el Premio Ramón Rubial de 2016, el Premio Francisco Umbral
al Libro del Año en 2017, el Premio de la Crítica de 2017, el
Premio del Club Internacional de la Prensa de 2017, el Premio Euskadi
de Literatura en Castellano de 2017 y, para culminar esta lista, el
Premio Nacional de Narrativa de 2017. Y todo esto antes de que yo lo
leyera. De hecho, HBO va a llevar a cabo una serie adaptando la
novela. No os voy a mentir: normalmente los libros tan premiados en
un año me abruman, pues en la actualidad los premios literarios poco
tienen que ver con la literatura, y si me decidí a leer Patria
fue más por el tema que trataba que por los premios que ya
cosechaba, pues eso me echaba un poco para atrás.
Patria
es una delicia de libro. Fácil de leer, ágil y, sobre todo,
contundente. Aramburu sabía lo que quería con su novela: mostrar al
mundo los horrores que tanto las víctimas como los que participaron
de ETA vivieron, y lo hace de una forma que deberían aprender muchos
periodistas: sin partidismos. En ningún momento se ve una
inclinación a uno u otro bando, ni mucho menos. Es pura novela de la
experiencia, en la que todos los personajes principales están
construidos de una manera asombrosa y donde, al final, llega la paz.
No
tiene un final sorprendente Patria, ni mucho menos. No es un
libro que contenga giros sorprendentes, ni tampoco que incluya
intriga ninguna. Es una historia lineal, contada con un uso muy
interesante de los saltos espacio-temporales y que, si engancha, es
por lo original de su prosa.
Y
aquí llegamos a lo que creo es el punto más importante de Patria.
Como escritor, cuando leo un libro siempre busco algunas claves
importantes y, sin duda, la que primero busco es el narrador. ¿Quién
narra Patria? Me costó casi la mitad del libro llegar a una
conclusión, porque es, el narrador, un ente muy interesante en esta
novela: de primeras parece ser un narrador externo omnisciente, pero,
por frases, se mezcla con el pensamiento de los protagonistas de cada
capítulo, llegando a un simbionte de, en la misma oración, un
narrador externo omnisciente y un narrador en primera persona. «Nerea
agitó brevemente la mano en señal de despedida antes de meterse
dentro del taxi. Su madre, en el tercer piso, oculta tras el visillo,
desvió la mirada. Se veía una amplia franja de mar por encima de
los tejados, el faro de la isla de Santa Clara, nubes tenues a lo
lejos. La mujer del tiempo había anunciado sol. Y
ella, ay, qué vieja me estoy haciendo, volvió a mirar la calle y el
taxi ya se había perdido de vista.»
Aunque en éste párrafo apenas se atisba bien lo que os estoy
explicando del narrador de Patria,
creo que se puede entrever a lo que me refiero, y es que éste
párrafo es del primer capítulo, para no dar información de más a
nadie. Como digo, me costó mucho tiempo encontrar una razón de ser
a éste narrador hasta que, al fin, casi de una forma serendípica,se
me presentó una idea. Patria
es un libro que habla de la ETA y del sufrimiento de las personas que
vivieron aquella situación y el narrador no podría ser otro que el
propio sufrimiento, el dolor. Eso lo explicaría todo: el dolor está
fuera de los personajes y lo sabe todo (narrador externo omnisciente)
pero, a la vez, es parte de cada uno de los protagonistas (narrador
en primera persona) y de ahí la magistral combinación que Fernando
Aramburu utilizó para narrar su magnífica historia. Quizás me
equivoque, pero ésta teoría me parece bastante acertada y, a la
vez, dota al libro de Aramburu de un nivel de literatura alto.
Desde
luego que Patria
entra fuerte en mi lista de novelas favoritas, sobre todo en la
sección de autores españoles, y casi considero pocos los premios
que ha recibido y todo el reconocimiento que Fernando Aramburu está
consiguiendo con ella.
Si
pudiera pedirle algo más a mi historia con Patria
sería, sin duda, poder, algún día, sentarme con su autor y hablar
de literatura.
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