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sábado, 4 de febrero de 2017

De que las casualidades no existen

Llevo un par de noches soñando con Inglaterra, con Dog&Partridge y con todas las personas que pasaron por mi vida en aquella época. Me vi a mí, vestido con mi camiseta del Chelsea, entrando en la recepción, donde David, mi antiguo jefe, se reía de mí mientras él vestía su camiseta del Liverpool; después me acompañó a la cocina, pero me hizo esperarme en el pasillo, donde teníamos los cubiertos, el frigorífico de los postres y los carritos del desayuno, y él entró en la cocina diciendo que había un cliente muy especial aquella noche que quería conocer al jefe de cocina, Andriyan. Mi amigo Andriyan. Entré en la cocina y nos abrazamos y me arrepentí de haber dejado aquel lugar. Pero al final solamente había sido un sueño.

domingo, 22 de enero de 2017

Primeros pasos en la nieve.

Al final, como con el amor, para vivir hay, a veces, que saltar desde un trampolín desconociendo qué hay debajo, sin mirar lo que haya pasado anteriormente y confiando en que quienes te han acompañado antes del salto lo harán durante todo el recorrido. Mi salto, como ya sabéis, fue venirme a Sofía y obvio que tuve miedo, que pasé días de una agonía interna casi imposible de disimular y estirando al máximo los segundos, los minutos, las horas. Lloré cuando tuve que abandonar mi familia y amigos pero tenía esperanza en lo que habría al otro lado.
Tras un viaje accidentado, con un percance el metro de Madrid, un despertador que no sonó, unos kilos de más en la maleta, un retraso de dos horas y un inglés sentado detrás de mí que no paraba de hablar a gritos con sus amigos y de darme cabezazos en el asiento, de repente miré tras la ventanilla y vi cómo toda la nieve cogía forma de ciudad y unos edificios que jamás había visto ni imaginado se abrieron ante mí. Aterrizamos y, de repente, todo era diferente. Antes no había visto nieve en mi vida.

martes, 17 de mayo de 2016

Fuerte

Al principio de las cosas, la fuerza fue considerada como un sinónimo de vigor, robustez y capacidad para mover algo o a alguien que opone resistencia; después, se le añadió a ésta la acepción de aplicación del poder físico o moral. Aunque también se dijo de la fuerza que era la capacidad para soportar un peso o resistir un empuje, la virtud y eficacia natural que las cosas tienen en sí, el acto de obligar a alguien a que asienta a algo o a que lo haga, el estado más vigoroso de algo como la juventud, el amor o la vida, el acto de forzar, la causa capaz de modificar el estado de reposo o de movimiento de un cuerpo, o de deformarlo, la resistencia, y, además, la gente de guerra y demás aprestos militares. Y sí, podríamos creernos cualquiera de estas acepciones, significados, explicaciones. Pero yo he visto la fuerza de verdad y no es ninguna de éstas.
La fuerza se materializó en sus manos en forma de callos por las horas de lucha con la fregona. La fuerza se hizo presente en su espalda doblándola por luchar a diario. La fuerza apareció en su cabeza en forma de migraña, precio a pagar por trabajar veinticuatro horas diarias siete días a la semana. La fuerza se deshizo de su juventud y de su alegría de vivir, la fuerza se apoderó de sus amistades, de los cafés al sol y de los bailes en las casetas de feria.
La fuerza, en verdad, y siendo ésta la única acepción verdadera, o que yo aceptaré como verdadera desde hoy en adelante, no es otra cosa que el precio a pagar por las cosas. El precio a pagar por los sueños, el precio a pagar por los errores, el precio a pagar por el amor. Y su fuerza fueron sus hijos, mis hermanas y yo.
Porque, para ella, qué más daban los callos en las manos, el dolor de cabeza y las innumerables contracturas en la espalda, si, al volver a casa, veía sus sueños hechos realidad. Tres niños, fuertes, sonrientes, que esperaban ansiosos a su madre, vigorosos, valientes y, sobre todo, fuertes. La fuerza es hereditaria. Ella la heredó de su madre y, a su vez, se la transmitió a sus hijos. Mi abuela era fuerte, mi madre es fuerte, yo seré fuerte.
Mamá, ¿por qué haces esto?, le pregunto, a sabiendas que no es rentable una vida deslomada como la que ella lleva, porque es un hecho que unos años no va a poder mover su cuerpo y su cabeza va a estar tan cansada que ni recordar mejores días podrá. Y ella, como siempre, sonríe, me mira, y me dice que si lucha es por nosotros, por su sueño. Y su sueño no es otro que vernos a nosotros tres felices, haciendo de nuestros sueños una realidad y que su ejemplo nos guíe en la dirección correcta. Y lo consigue.

Mi madre es fuerte para que yo sea fuerte, y yo soy fuerte porque ella me ha hecho fuerte y porque merece que lo sea. 


-FIN-

jueves, 3 de diciembre de 2015

Diciembre

¡Buenos días a todos! Estoy muy contento por cómo está yendo todo con el blog y por eso estoy permitiéndome experimentar con mis escritos. Y lo que os presento hoy es el resultado de uno de esos experimentos. Diciembre nace de un videoclip, de una canción, que Depedro y Vetusta Morla sacaron hace unos años y que personalmente me encanta. La idea surgió en busca de estímulos para un nuevo relato, cuando me descubrí asombrado viendo el videoclip con un brillo en los ojos propio de un niño ante un regalo, y creí que la inspiración había llegado. Espero que os guste el relato y aquí os dejo la canción. Además, ya podéis seguirme en mi nueva página de Facebook. Un saludo ;)

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martes, 16 de junio de 2015

Adios, Jimbo

No iba a subir este relato por el momento. Se trata de un texto inédito, que escribí para la asignatura de Modelos de Conducta Humana del Máster de Escritura Creativa en la que teníamos que aprender a crear personajes coherentes psicológicamente. Pero hoy nos han dado las notas de los trabajos, y puesto que he sacado una muy buena calificación de dos cifras, he creído que el relato se ha ganado el abrirse camino hacia vosotros. Espero que os guste. Un saludo.
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